EL REY DE LOS FILÓSOFOS

Buenas tardes, queridos piratas filosóficos, al habla el Sr. Tóbal, o más conocido como el Rey de los Filósofos. ¡Me llena de placer y orgullo comunicar que a partir de ahora, cada vez que se me ocurra una idea que considere que pueda ser de relevancia para el mundo y la gente que en él habita, la compartiré antes que con nadie con vosotros camaradas! Y como no, con mi buen amigo el Pirata Filósofo. Así que estad atentos a mis próximas actualizaciones, ya que no creo que dejen indiferente a nadie, o tal vez sí, ¿Quién sabe? Yo desde luego que no se nada...
Lo cual me hace preguntarme ¿Qué es realmente el conocimiento? ¿Qué es conocer? ¿Podemos realmente conocer las cosas o vivimos tras un velo de ilusión? A veces es casi como si uno estuviese siempre sometido a un flujo de cambios, donde nada permanece, todo es un fluir constante, entonces, ¿Cómo puedo llegar a alcanzar la verdad de las cosas? ¿Existe esa verdad? Pues yo no lo sé... Como ya he dicho, no sé muchas cosas, solo soy un rehén de percepciones mutables, uno nunca puede llegar a comprender en su totalidad la esencia de las cosas, pues muchas veces uno se queda tan solo en las apariencias de las cosas, en las apariencias de lo real. Esto es de lo que realmente va la filosofía, joder, bajo mi punto de vista, una verdadera pregunta filosófica es aquella que te conmueve por dentro, aquella que no te deja indiferente. Al fin y al cabo la filosofía se convierte en poesía sofisticada, que termina por preguntarse ¿Qué sé yo?
Bueno, esto ha sido solo un aperitivo de lo que se viene próximamente, así que ya sabéis, Sr. Tóbal, vuestra fuente fiable de información poco fiable. Antes de despedirme quería dar las gracias al Sr. Zen, con quien he compartido miles de aventuras por todo el mundo, y es gracias al que esta página está hoy disponible para todos nosotros, es un gran servicio el que está prestando a los filósofos descarriados como nosotros, así que solo me queda agradecer su labor por la filosofía y los piratas y despedirme de todos hasta la próxima vez que se crucen nuestros caminos.
¡Un abrazo filosófico a todos!
Sr. Tóbal